martes, 7 de noviembre de 2017

ANDRAGOGÍA

Introducción

La educación es Parte de la Naturaleza del Ser Humano, es una hipótesis plenamente demostrada. Del análisis de dicha proposición, puede inferirse que el proceso educativo del hombre se desarrolla básicamente en el ambiente creado por la interacción de dos factores complejos: (1) la adquisición de conocimientos acumulados por generaciones precedentes y (2) satisfacción de necesidades básicas.

Durante casi toda su vida, el hombre procura alcanzar objetivos y metas que le permitan convertirse en un individuo eminente como profesional y sobresaliente en asuntos morales y éticos; materias que, por lo general, se relacionan con propósitos de crecimiento económico y de interacción comunitaria. Esta concepción enfatiza en la participación consciente, oportuna, pertinente, permanente, activa y organizada de la población en diferentes instancias de decisiones del grupo social.

El mundo cambia en forma acelerada, modificando nuestros hábitos de vida de manera sorprendente; esto determina, en cada persona, un aumento considerable de sus expectativas en lo que se refiere a educación, planificación del futuro, aspiraciones, estatus, responsabilidad e ingresos suficientes.

En el campo de la docencia, los progresos se manifiestan, por lo general, en forma casi paralela a los avances científicos, tecnológicos y económicos; ésta es una entre muchas otras razones por las que el hombre desea adquirir más conocimientos y aptitudes que le permitan acceder, con éxito, a un bienestar mayor. Esta constante búsqueda de equilibrio en la sociedad origina una demanda educativa, cada vez mayor, capaz de garantizarle al individuo un aprendizaje permanente.

La persona adulta siente el deseo de aprender en función de todo aquello que le interesa; piensa que debe y tiene que responder con acierto a las variadas exigencias que le impone la compleja sociedad en la cual interactúa. Esta necesaria aspiración se sustenta, entre otros factores, en la siempre mayor esperanza de vida, en Venezuela 71 años en el hombre y 76 años en la mujer, lo cual es una de las numerosas consecuencias que han resultado del avance sostenido y permanente de la ciencia y la tecnología.

Es un hecho reconocido por todos, que el estudiante adulto, en general, tiene una gran capacidad para aprender y que posee, además, una extensa y fértil experiencia.
El adulto es capaz de dirigir su vida y de conformar su entorno sobre bases razonables, limitaciones, deseos, fortalezas, compromisos y necesidades. Para poder lograr objetivos y superarse, tiene que aprender mucho más allá del ámbito cognoscitivo: modos de actuar, habilidades, destrezas, aptitudes y técnicas que él requiere para participar en forma oportuna,
activa y efectiva en el diseño y desarrollo de sus condiciones de vida y esfera profesional.
El adulto de nuestra era está plenamente convencido de la necesidad de continuar
aprendiendo durante toda su existencia; decide libremente qué estudiar, dónde, cuándo y cómo realizar su actividad de aprendizaje. 

La Andragogía

En este contexto surge la discusión andragógica como ciencia de la educación para el adulto, o mejor aún tal como lo definió uno de sus más connotados iniciadores en América Latina el Dr. Adam (1977) “Es la ciencia y el arte de instruir y educar permanentemente al hombre.

En un primer momento la teoría andragógica fue sólo contemplada para la educación de personas de la tercera edad y aun lamentablemente lo andragógico se confunde con vejez, lo cual es solo una parte de la práctica andragógica; al decir de Adam, El marco teórico conceptual de la educación, fuera del preescolar, primaria, secundaria y superior, es la ciencia andragógica. 



El Constructivismo

La reflexión del cómo el individuo aprende ha sido uno de los temas centrales de las teorías educativas, pero existen dos tendencias radicalmente opuestas para explicar este proceso. 

Uno es el conductivismo radical según el cual la realidad está dada, el mundo está conformado por pautas, hábitos y reglas que el individuo debe asimilar; Pedro Rodríguez Rojas.

la otra visión, la del constructivismo radical (Piaget) donde el proceso del conocimiento es una construcción por parte del sujeto, la realidad tal como la entendemos no existe externamente, no está dada, el hombre la construye. Estas dos tendencias teóricas aparentemente irreconciliables, no funcionan igual en la práctica.

Todos sabemos que la educación es un proceso de sociabilización y sobre todo en la edad temprana requiere de un proceso fundamentalmente conductual, de lo contrario no existiría la sociedad, reinaría la anarquía. Pero también es cierto que los individuos desde pequeños aprenden de diversas formas, dependiendo de sus características naturales y sociales. El conductivismo no puede dar respuesta a esto, pero también es innegable que hasta en la práctica más conductual, cada individuo genera su propio conocimiento.

Lamentablemente el mundo académico intelectual no ha escapado de las tendencias actuales de deslastrarse de todo lo que represente viejas teorías y seguir tras las nuevas corrientes, muchas veces sin tener claro el sentido de qué son y hacia donde los dirige.
Este modismo intelectual puede ser causado, entre otros, por la poca formación teórica epistemológica o por la simple cocomodidad de no cuestionar lo que se presenta como novedoso.






DEFORMACIONES DE LA PRÁCTICA ANDRAGÓGICA Y LA TEORÍA CONSTRUCTIVISTA

Las ventajas de las prácticas andragógicas y las constructivistas son evidentes, pero es necesario advertir sobre algunas desviaciones que podrían poner en peligro su intencionalidad primera.
1.  La práctica andragógica y constructivista no debe confundirse con una “libertad académica absoluta” (libertinaje, anarquía del proceso de aprendizaje).
La práctica educativa no es anormativa, debe existir una planificación del proceso que incluye el respeto a los acuerdos asumidos.
No podemos escudarnos en la andragogía y el constructivismo para ser irresponsables: el alumno con formación andragogica no realiza las actividades educativas sin orden, sin normas, sin considerar el respeto al docente o a la institución educativa. La absoluta flexibilidad no existe: el alumno se evalúa objetivamente y no se sobre evalúa.
2.    2)La teoría andragógica y constructivista tampoco pueden ser el discurso legitimador de la comercialización y pragmatización de la educación.
Es decir, la masificación de la promoción de cursos, talleres, sin soportes académicos. Sin un sentido, no sólo de la utilidad individual sino de la pertenencia con la realidad social y con el compromiso de transformación.
Estamos conscientes, tal como lo señalan los Doctores Briceño y Llano de la Hoz (1985), que “tanto la pedagogía, como la andragogía, están obligadas a aceptar el recto que implica la adopción de las nuevas tecnologías” (p130). Pero, -como advertimos al principio- no puede ni debe mitificarse la tecnología, ni la información: el primero es sólo un qué responde el constructivismo a la pregunta ¿para qué se conoce?

¿qué pertinencia tiene lo que se aprende con la realidad del sujeto aprendiz? La educación no es neutra como pretenden enmascarar los cientificistas de la educación. 

PEDADOGÍA

DEFINICIÓN

La palabra pedagogía tiene su origen en el griego antiguo pedagogos.
Este término estaba compuesto por Paidós (“niño”) y gogía (“conducir” o “llevar”). Por lo tanto, el concepto hacía referencia al esclavo que llevaba a los niños a la escuela.
En la actualidad, la pedagogía es el conjunto de los saberes que están orientados hacia la educación, entendida como un fenómeno que pertenece intrínsecamente a la especie humana y que se desarrolla de manera social.
La pedagogía, por lo tanto, es una ciencia aplicada con características psicosociales que tiene la educación como principal interés de estudio.






















ANDRAGOGÍA VS PEDAGOGÍA

por mucho tiempo se creía o suponía que el aprendizaje era un asunto exclusivo de los individuos en crecimiento y desarrollo, ahora se ha visto que el aprendizaje no tiene edad; aunque hay que tomar en cuenta que existen ciertas diferencias en las formas de lograrlo más eficientemente a distintas edades. Actualmente se acepta que la edad adulta es un periodo de rápido crecimiento cognoscitivo y no uno de estabilidad o declinación como se pensaba, y se ha visto que el adulto tiene la potencialidad de desarrollar vías de pensamiento más avanzadas con mayor capacidad dialéctica.









Lo que no parece razonable es utilizar en los adultos ciertos procedimientos de la enseñanza infantil, por ejemplo; determinadas sanciones y recompensas elementales sustentadas en el conductismo. No es posible imaginar a un adulto (y ahora ni siquiera a un niño) castigado en el rincón, volteado hacia la pared y con orejas de burro, o escribiendo cien veces “no volveré a sacarle la lengua a mi profesor”. En contrapartida, los sistemas abiertos y a distancia forman parte de la educación de adultos, pues requieren alumnos maduros. Por todo esto y otras razones, se ha tratado de individualizar la educación del adulto y distinguirla de la del niño.

VIDEOS


¿Qué es andragogía?: https://youtu.be/1Ep5eftK5l4

debate de pedagogía y andragogía: https://youtu.be/Jw35_h4e2-0